
Seguimos con nuestra campaña de difusión, educación y propaganda que intenta poner en el centro del debate la discriminación de la cual son víctimas las mujeres chilenas, en muchos aspectos, pero en particular en el terreno de las pensiones. Esperamos que la movilización de las mujeres, con el apoyo de todos los que estimamos que esta es una causa justa, permita corregir y terminar con esta odiosa discriminación.
Como lo dijimos ya en nuestra carta a las y los parlamentarios del 17 de noviembre de 2022:
Es oportuno preguntarse ¿por qué a las mujeres, brutalmente discriminadas por el sistema de AFP, cuando se han otorgado beneficios públicos para contrarrestar sus precarios ingresos (la PGU), éstos se les otorgan a partir de los 65 años en circunstancias que la edad legal de jubilación de las mujeres es a los 60 años?
Las AFP han perjudicado en forma sistemática y sostenidas a las mujeres desde su origen como sistema privado de previsión basado en la capitalización individual, quitándole todo valor social a la reproducción de la vida; por el contrario, ha castigado implacablemente este rol debido a las lagunas previsionales que genera. Pero no bastando con ello, utilizan tablas de mortalidad diferenciadas por sexos – prohibidas por discriminatorias en los países desarrollados– para el pago de pensiones, atribuyéndoles una desproporcionada longevidad a las mujeres promediando poblaciones desiguales, perjudicando aún más a las mujeres de la clase trabajadora, tal como lo demuestra el estudio de SALURBAL, que arroja que las mujeres de las comunas acomodadas viven 17 años más que las que habitan las comunas pobres del país.
Si en la vida activa, la brecha en las remuneraciones entre hombres y mujeres es de 21%, en las pensiones, siendo ambas muy bajas, esta brecha supera el 36%. Según Fundación Sol en base a cifras entregadas por la Superintendencia de Pensiones, la tasa de reemplazo de las mujeres es de 12%, mientras que la de los hombres es de un 34%.
En los últimos 15 años se han pensionado 634.989 mujeres, la mitad de ellas, o sea 317.495 han podido autofinanciar una pensión por debajo de los $30.685. Cuando se está discutiendo el aumento de la PGU a los $250.000, nos parece positiva esta iniciativa en la medida que vaya acercándose cada vez más al salario mínimo y a la universalidad, lo que mejoraría considerablemente la vida de los adultos mayores, y en el caso de las mujeres, es de toda justicia que este beneficio se comience a entregar cuando cumplen la edad legal de jubilar y no después.
Apelamos en primer lugar a las mujeres que forman parte de esa corporación y, por supuesto, a los varones que han mostrado no solo simpatía, sino un compromiso real por los derechos de las mujeres, que esperamos se traduzca en apoyo a esta demanda por la entregar de la PGU a los 60 años, lo que beneficiaría en forma concreta a cientos de miles de mujeres que han sufrido la discriminación en su vida laboral activa y de las propias AFP.
Esta carta argumentaba con claridad porque es necesario cambiar la ley 21.419 del 26 de enero de 2022, modificada el 26 de enero de 2023 como Ley 21.538. Tuvieron oportunidad de modificar el articulado discriminatorio contra las mujeres que simplemente dice que esta PGU se aplica con muchas condiciones a todos y todas las personas de 65 años o mas, sabiendo perfectamente bien que las mujeres se jubilan a los 60 años.
A pesar de nuestros esfuerzos, con la limitante de escasos recursos, no hemos tenido respuesta positiva de las y los congresistas que deberían ser simpáticos a esta demanda. Se requiere, entonces, que esta campaña vaya más allá de nuestro movimiento, y sea asumido también por el movimiento feminista y todas las fuerzas progresistas del país. Pero, se requiere muy en particular que cada mujer chilena asuma esta bandera de lucha porque beneficiaría a una gran cantidad de trabajadoras que se han jubilado o van camino de jubilarse, como lo describimos arriba con pensiones de miseria. ¡Vamos por la campaña #PGUmujer60!